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Cebollas en vinagre

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Da un toque de color y de sabor a tus ensaladas sin añadirlas apenas calorías, con unas ricas cebollas en vinagre.

Origen de los encurtidos

La historia de la conservación de alimentos en vinagre es una de las más antiguas de toda la humanidad. Aunque sus orígenes exactos no se reconoce, lo cierto es que se piensa que los mesopotámicos ya usaban en el 2.400 a.C. escabeche para conservar sus alimentos.

En el 60 a.C. se sabe que la reina egipcia Cleopatra, sentía devoción por los pepinillos en vinagre y los consumía muy a menudo. Incluso Marco Antonio ofrecía a sus guerreros alimentos en vinagre para que tuvieran más fuerza a la hora de combatir.

Pero no fue hasta el año 1659 cuando llegaron a Nueva York de mano de unos granjeros holandeses que elaboraban productos encurtidos que primeramente crecían en los huertos que ellos mismos crearon y que después los vendían, consiguiendo crear en su día un industria muy próspera que ha llegado hasta la actualidad.

Receta de cebollas en vinagre

Las cebollas en vinagre se preparan de una manera muy sencilla y se conservan estupendamente bien durante mucho tiempo, por lo que cuando las prepares, podrás disfrutar de ella muchos días. Además los ingredientes que se utilizan para hacer esta receta, seguramente los tendrás en tu casa.

Hoy te vamos a contar paso a paso cómo hacer unas sabrosas cebollas en vinagre que podrás servir como aperitivo o utilizar para aderezar cualquier plato.

Ingredientes

Elaboración de las cebollas en vinagre

  1. Lo primero que hay que hacer es cortar en rodajas muy finas la cebolla y colocarlas dentro de un recipiente que sea hermético para que después se conserven durante mucho más tiempo en perfectas condiciones.

    Corta finamente las cebollas

  2. Mientras tanto se pone a hervir medio litro de agua y cuando empiece a hervir, se añaden las cebollas. Deja cocer durante un par de minutos y después hay que escurrirlas muy bien para que contenga el menor líquido posible.
  3. En otro cazo se pone el vinagre, la sal, el azúcar y el ajo y se lleva todo a ebullición, manteniéndolos todos durante un minuto en el fuego para que se cocinen bien.
  4. A continuación se agregan los aros de cebolla a la preparación anterior,  y se dejan que repose durante media hora aproximadamente  Cuando todos los ingredientes estén bien fríos, será el momento de introducir las cebollas en un bote y cubrirlas con el líquido resultante.
  5. Mete en la nevera durante un semana y a partir de ese momento, ya podrás consumirlas en el momento en que más te apetezca, ya sea a la hora del aperitivo con unas papas fritas, en cualquier tipo de ensalada o simplemente como aderezo de tus platos preferidos. ¡Esperamos que os gusten! 
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