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Salsa a la pimienta

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Averigua cuáles son los pasos a seguir para elaborar en tu casa una rica salsa a la pimienta. 

Beneficios de la salsa a la pimienta

La salsa de pimienta tiene como base la nata líquida, un alimento que aporta calcio, potasio y vitaminas A y D. Por supuesto se acompaña de pimienta, una especie con un sabor muy suave y un aroma intenso que es rica en antioxidantes. Cuenta con muchos beneficios como facilitar la digestión.

Originaria de la India, la pimienta proviene de un árbol trepador que crece en las zonas tropicales húmedas y que puede llegar a medir hasta 6 metros.

Existen diferentes variedades de pimienta. La más usada es la negra que destaca por su fuerte y picante sabor. La blanca es la más apreciada parra muchas personas y se caracteriza por su suave a la par que intenso sabor. Por su parte la verde tiene notas mentoladas y un aroma intenso que resulta perfecta para las carnes y pescados.

Receta de la salsa a la pimienta

Si hay una salsa clásica que resulta ideal para acompañar a la carne roja en especial, es la salsa de pimienta. Mucha gente puede pensar que pica, pero lo cierto es que no. Eso sí, también es cierto que no es demasiado «light» ya que lleva nata y mantequilla, pero sin duda, merece la pena darse un lujo de vez en cuando. Hoy te vamos a enseñar los paso que tienes que seguir para prepararla.

Ingredientes

Elaboración de la salsa de pimienta

  1. En una sartén se pone la mantequilla a derretir. A continuación se añade la cuchara de las diferentes pimientas y se rehoga durante un par de minutos. Transcurrido ese tiempo se agrega la nata y la cuchara del caldo de carne o la media pastilla concentrada. 
  2. Se deja cocinar durante cinco minutos y ya tienes preparada una rica salsa a la pimienta con la que podrás acompañar unos sabrosos solomillos o entrecots, aunque también resulta deliciosa a la hora de acompañar la carne blanca de cerdo o incluso un buen pescado. 

Consejo: Si quieres conservar la salsa para utilizarla posteriormente, tendrás que dejar que se enfríe a temperatura ambiente, moviéndola para que no se forme una película seca y oscura. Después se mete en un tarro con tapa hermética y se guarda en el frigorífico, aunque no más de tres días.

Hay que tener en cuenta que en el momento en que se enfríe la salsa, lo normal es que se coagule. Para su recuperación se debe calentar al baño María o a fuego suave en un cazo. En los dos casos si queda demasiado espesa, lo mejor será agregar un poco de leche normal o evaporada, y rectificar de sal si fuese necesario.

La mejor manera de conservar la pimienta es guardarla en un frasco de cristal que se cierre de manera hermética y conservarla en un lugar seco y fresco.

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