Consigue la guarnición o complemento ideal para cualquier plato: unos deliciosos pimientos asados.
Receta de pimientos asados
Aunque es muy habitual que la pereza nos invada cuando nos ponemos a pensar en hacer unos pimientos asados, lo cierto es que después merece la pena el trabajo realizado. Y es que aunque hay muy buenas conservas de pimientos preparados de esta manera, lo cierto es que ninguna sabe tan bien como la que se elabora en casa.
A la hora de asar unos pimientos, lo más normal es usar los rojos, que por otra parte se pueden encontrar en el mercado durante todo el año, aunque la mejor época es sin duda, de verano a otoño. Pero también puedes incluir pimientos verdes y/o amarillos para dar un poco más de color a tu receta. ¡Apunta!
Ingredientes
- 1 kg. de pimientos rojos
- aceite de oliva
- sal
- 2 dientes de ajo
- pimentón dulce
- vinagre
Elaboración
- Elige una fuente de horno que sea apta para el mismo y en la que cojan todos los pimientos perfectamente, sin que se amontonen unos sobre otros. Puedes usar también directamente la bandeja de este electrodoméstico, aunque siempre resulta más limpia y manejable usar otra diferente.
- Precalienta el horno a 200º durante 10 minutos en la parte de arriba y de abajo. Mientras tanto se lavan muy bien los pimientos y se secan con un paño limpio. Con un pincel de cocina o con las mismas manos, se impregna con el aceite de oliva por todos los lados. Sala al gusto.
- Coloca en la fuente los pimientos y pon la misma en la posición central del horno. Baja la temperatura a 180º centígrados manteniendo el calor arriba y abajo. Hornea durante unos 50 minutos.
- Cuando haya transcurrido la mitad de este tiempo, abre el horno y da la vuelta a los pimientos con mucho cuidado de no quemarte. De esta manera se asarán de forma uniforme por todas sus caras.
- Pasado todo el tiempo indicado, se sacan los pimientos del horno y se comprueba cómo está la piel de los mismos. Debe estar totalmente arrugada y no te preocupes si la ves negra por ciertas partes o por todas, eso no va a afectar al sabor de tu receta.
- Ahora llega el momento de pelarlos. Para ello hay que hacer que «suden». Tapa la fuente con un poco de papel de aluminio y déjala tapada durante 15 o 20 minutos hasta que estén bien fríos y puedas manipularlos fácilmente.
- Después de este tiempo se destapa la fuente y se quita la piel. A continuación separa la carne del tallo y elimina todas las pepitas posibles. Corta en tiras los pimientos y colócalos en un plato.
- El último paso será rehogarlos. Para ello pon en una sartén un poco de aceite y agrega un par de diente de ajo pelados. Añade los pimientos y da unas vueltas. Después echa una cuchara de pimentón dulce, remueve de nuevo y deja que se rehogue todo durante unos minutos.
- Como toque final puedes añadir un chorro de vinagre. ¡Ya tienes listos unos riquísimos pimientos asados para acompañar cualquier plato que se te ocurra!
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