La dieta WW Weight Watchers fue creada en 1960, y ha evolucionado desde entonces. Su principio es una dieta equilibrada, comer con moderación y los alimentos que se deseen. El sistema asigna puntos a los alimentos en función de las calorías, grasa, azúcar y proteínas.

Por tanto, es una dieta pensada en la pérdida lenta y constante de peso, y en un cambio en el estilo de vida.

Cómo funciona: En el programa trata de gastar los smartpoints en alimentos y hacer el control a través de su web o app. Además debe hacerse un control semanal del peso.

Durante el día deben hacerse 5 comidas diarias, y usar los puntos establecidos para alcanzar el peso deseado. Los alimentos más sanos tienen menos puntos y los más calóricos más puntos. La mayoría de verduras y frutas tienen una puntuación 0.

También, la dieta Weight Watchers enfatiza alimentos enteros no procesados, incluidos vegetales, frutas y proteínas magras, no existen alimentos fuera de los límites.

Pérdida de peso: La asignación de puntos se hace de forma personalizada, dando importancia en el control de porciones, elecciones de alimentos y pérdida de peso lenta y constante.

Además, si se hace ejercicio puede añadirse puntos extra para gastar durante el día.

Los alimentos más recomendados son proteínas magras, verduras sin almidón, fruta, carbohidratos saludables y grasas saludables. Algunos alimentos no recomendados son bebidas azucaradas, patatas fritas, caramelos y pasteles.

Otros beneficios: La dieta WW ofrece recetas y consejos de cocina para seguir la dieta.

Inconvenientes: Los productos preparados de Weight Watchers contienen mucho alimón.

El uso de puntos puede hacerse con alimentos menos saludables, por lo que no asegura el éxito de perder peso.

No es recomendable para personas con tendencia al sobreconsumo o ingestas compulsivas, ni para embarazadas o en periodo de lactancia.

Se aconseja consultar al propio médico personal para someterse a cambios en su alimentación.

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